Una vez mas en un extraño como siempre.
Sin mas dubitaciones yo hice ese encontronazo posible, como siempre no era por casualidad.
Aparente comodidad, mezclada con risas propias de mi adolescencia mas pura.
La incomodidad llego justo depues de que él hablara de la niña que ahora le quita el sueño , a la que le regala sus besos sin tregua. Justo cuando alguien ajeno a nuestra circunstancia.Un conocido común nos pregunta que de qué nos conocemos.
Me mira.Lo miro. Pero nuestras miradas ahora no esconden pecado, por lo menos la suya.No se ruboriza.Yo sí y me limité a sonreír. Pero el tan audaz y despreocupado como siempre me describió como la amiga de la amiga de fulanito.
Resoplé.
¿Como le iba a explicar yo que lo conozco de perderme en sus embestidas?¿De calmar mi angustia en su sudor?¿De rebetearle las sonrisas a besos?¿De ser catedrática en la ubicación de sus lunares y cicatrices?¿De dormir tras su espalda?
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