con permiso de mel.

Estoy que rompo otra vez el hilo que sujeta la razon
y lanzarme desde ella
sin paracaídas
para escribirte la canción más triste del mundo
y volver a sentir tus dedos en mi espalda.
Pero eso es cosa de poetas
y yo soy mas de sueños
sólo sueño que lo hago:
y lo único que pedí
fue ver mis piernas enredadas con las tuyas
para sentirte un poquito más cerca
de lo lejos que ya estabas.
Pero tuve que ser muy mala en la otra vida.

Perdóname,
de alguna forma u otra
quise estrellarme contra tu cielo erecto
y convertirlo en pedacitos
de cristal
(como un frasco roto
embalsado a lágrimas y lleno de rabia)
y sin embargo fui yo quien acabó bocabajo en el suelo y llena de heridas.

Dijiste que febrero jamás iba a ser mío
porque te lo llevaste el día que los paraguas no paraban de llorar
y hacías más frío que nunca.
Qué sabrá toda esa gente de miradas tristes
si nunca te han visto irte más de dos veces
en el mismo día.

Si nunca me han visto cuando
me abrazas fuerte para no decirme adios.

Ya he quemado tus fotos
Y todo lo que había en mi habitación oliendo a ti. Menos esta sonrisa que no se como destruirla.
Ya hasta los bancos de esa calle han dejado de hablarme de ti. Menos la almohada,que esa nunca se cansa.

Así que ven ,que me fumo las consecuencias , y besamé que no hay nada mejor que una boca que sabe a : "...... te estas equivoando”

Dedicado a mi.

Curioso es que la persona a la que le relaja leerme , lector habitual de este blog cuando se toma dos copas ,básico cuanto menos, es el protagonista de la mayoría de las historias.
Y es que sin quererlo y sin ponerle intención , cada una de las entradas , a su manera fueron definiéndole y describiéndole a la perfección , como el que dibuja a mano alzada aquello que le ronda por la cabeza .

Esto me pasa por escribir con el corazon y no con la cabeza; me repetía a mi misma.

A èl que le relaja leerme , y a mì que me pone nerviosa.
A èl en formato impasible y yo que sigo perdiendo la compostura cuando anda cerca , cuando sonríe.
A mì que sigo señalándole cuando me preguntan que dònde duele.
A todo lo que nos rodea.
A èl que me anima a escribir y yo que ya no se ni lo que escribo, que ya no me quedan letras ni metáforas en el estuche , que voy a tener que follárselo a pluma.


Dedicado a mì y a mi burda manía de escribir sandeces