SIEMPRE SALE CARA

SIEMPRE SALE CARA
Confía en tí. siempre sale cara.

martes, 19 de marzo de 2013

Después de ver tanta hipocresia , yo sigo a lo mio: enamorada hasta las trancas.

domingo, 17 de marzo de 2013

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Esas heridas, de sus uñas sobre mi cuerpo, sus colmillos en mi cuello, arduos combatientes en tantas batallas que desencadenamos sobre las sábanas, la piel como escudo que clamaba ser vencido, de tanto como parecíamos querer despojar al otro de la misma, tal era la intensidad con la que pretendíamos fundirnos. Las heridas, esas, las de las muñecas, evidencia salvaje de haber sido presa de sus carceleras manos, mientras su lengua adquiría el rango de verdugo entre mis piernas, sentenciando mis gritos la condena. Las heridas. Aquellas. Las que dejaba la pared en mi espalda al convertirse en la opción que rechazaba cuando la elección estaba entre ella y su cuerpo caliente. 
Esas heridas que, conforme cicatrizaban del cuerpo, se hacían ponzoñosas e incurables en la memoria, tinta indeleble que escribe sobre el alma.

Aprendí, al tiempo que exhalaba esa última bocanada desesperada de vida que supuso último estertor de muerte, que ni el frío que regenta la ineludible muerte es capaz de apagar las llamas de los sentimientos que hacen prender los recuerdos.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Porque tengo mil manchas con tu nombre en la memoria

Es que en las estanterías no me caben más recuerdos
ya no hay más sitio para ti.

Acabo de tomar mi decisión:
hoy bajaré al parque y me sentaré
en un banco a esperar que las palomas
caminen alrededor de mi vida
y picoteen hasta que no quede
ni un grano de tu recuerdo.                                                                                      Marwan.

Mis mas sinceras disculpas a Marwan por lo que he hecho con su poema.



Todavía me acuerdo de ese verano.
Mi soledad y tu soledad se acostaban juntas
jugaban a pegar trozos, maderas del galeón hundido.
Nos besábamos con verdadero dolor
con la piel en el presente y la cabeza en el pasado
recordando fechas, olvidando promesas
y nos sumergíamos en la noche de las piernas
sorteando el miedo como en una carrera de obstáculos
contra los monstruos del desaliento.

El sudor era una tregua entre cien años de guerra,
nos queríamos morir, tan bonitos y tan tristes
como un juguete nuevo en una fábrica abandonada.
Yo tenía 19 y tú 20. No, no eran nuestros años
sino nuestros fracasos,
esos episodios que te definen mejor
que cualquier costumbre familiar.

"¡Venga, despierta!" te decía
y tú me mirabas en espiral
porque me amabas pero querías salir corriendo.
Tus dedos no sabían ya pronunciar una caricia
sin que surgiera un nuevo temor desde las yemas.
Incapaz de mirar a las decepciones a la cara
volvías de lleno a tu centro, a derramarte,
a llenarte de blanco la oscuridad,
a dejarme pringada la soledad,
a cubrirte con los chorros de mi angustia.
Me metías los dedos bajo la tristeza
y los sacabas mojados de promesas rotas:

Y tu corazón se volvía hielo.

Así pasó el tiempo,
como un tren de sólo dos pasajeros
camino hacia la desilusión.

Luego te diste cuenta de todo,
de que ese verano en realidad fuí tuya
de que mi vida estaba a tu nombre
pero como suele pasar
ya era cuenta tarde.

domingo, 10 de marzo de 2013



Tan faltos de adicción. Tan adictos al vértigo.
Tan imprescindibles, decíamos. Hasta que el Sol no nos toca; la Luna no nos mira. ¿Y ahora a qué jugamos?
A llovernos, en plural , a hundirnos en el colchón.
A tus manos por mi medias. ¿Verdades?
A mí por tus mentiras a medias.
A seguir andando por la línea de lo (in)correcto, descalza y sin mirar.
A bailar sobre este alambre.
A saltar sobre los puntos suspensivos.
A no creer en el destino.
A suicidarnos a besos.
A bajarnos al infierno a echar la tarde.
A secretos y mentiras.
A verdades de jarabe.
A ducharnos y desayunarnos.
A perder la poca cordura que nos queda.

No vuelvas cuando te vayas.


Te he bebido a chupitos, me he enganchado a tu veneno. Al final borracha, envenenada, y derramada en cualquier cráter de la Luna. Qué mejor manera de nombrarte dueño de mis resacas, y coronarte rey de mis monstruos. Aunque siempre me has gustado más encima de la cama o debajo de mí.




Y se me ha colado en la maleta un susurro de tu olor, que se ha pegado al vaho del espejo en forma de Diciembre. Botellas por el suelo y demasiados clinex.
Las luces apagadas, y sigo viendo tu alma escalar por las paredes.

Invítame al Apocalipsis. Perdí el avión.
Y es que nunca sé a dónde mirar, llegado el punto de las líneas desdibujadas.
Me llama, como fuego. Pero yo, que ya no sé si quemo, o ardí y ahora soy hielo, pongo los ojos en blanco y me deslizo. Como viento y me evado.
Por no creer en nada. Por si los ecos. O los labios húmedos , de morder, por si el silencio.
Laberintos, decía. Laberintos. No. Huracanes, es lo que provocas. O quizá.
Siempre quizá. A veces ojalá.La mayor parte de las veces ojalá.
 Porque reír se ha vuelto tan macabro, que ya sólo me recuerdan locura, las cuerdas. Como marionetas rotas, y puertas cerradas.







Vienes a ver el teatro de mis sombras y mis vicios, con ganas de desvariar y descoser mi vida. Y yo, que tenía la calma sin hacer.
Nos estallan las palabras mal calladas, los besos que gritan, los secretos de las ganas que deberían haber seguido guardados.
Me arrancas los pretextos, me arañas el equilibrio y la espalda. Nos subimos a la cuerda floja de la imaginación una vez mas, a ver si nos arrastra.
Y abrigos que no abrigan porque tenemos demasiado calor.Como si fuésemos algo más. Buenas noches cierra el telón cuando salgas.


Está lloviendo. Es el desván del domingo por la tarde. Me siento culpable, porque hace un rato que estoy suplicándole al cristal que haya alguna nube lo bastante triste como para llorar conmigo.Partículas heladas, como balas feroces arañando la ventana y otras mas cálidas las paredes de mis aurículas  Huele a fracaso de segunda mano, resuena un eterno porque, los retales de tus recuerdos están desperdigados por mi habitación  la sonrisa debajo de la almohada y un extraño olor a ti que asfixia.

Desde aquella ya no solemos ser los mismo, desde que dejamos de mordernos en este absurdo sin sentido sin principio.Quererte es fácil , hacer que me quieras todo lo contrario y al cabo de 24 meses +4 días pierdo la calma y no encuentro la locura, derrocho la vida soñando y nos castigamos con el olvido y aparente indiferencia.
Al fin y al cabo ya nada de esto tiene sentido, en realidad nunca lo tuvo, pero es bastante gratificante la sonrisas que se dibujan al recordar aquella locura pasajera e incluso las huellas que dejaste aquí,
las cicatrices de felicidad.A menudo pienso que pudo ser de nosotros, si todo esto hubiera sido diferente, pero ya no se ni lo que escribo,vivo en constante guerra entre lo que siente mi corazón y la realidad.Pero tampoco es para pasarse dentro de la felicidad todo el día enredando, buscando esa respuesta que aun me debes .Es grande lo que el corazón puede llegar a sentir , nos puede,como tu lo haces dentro de mi, pero tenerte a medias no me basta,estoy esperando a que me invites hacia ti, para disfrutarte , sonreírte y preguntarte porque has tardado tanto.