El otro día soñé contigo. 

Era de noche. Yo te bajaba los pantalones y tú me subías la falda. Sudábamos tanto que se nos olvidaba que todavía no nos habíamos pedido perdón.Nos comsumiamos a la misma intensidad que nuestras ganas. 

Me mordías con las excusas baratas que dejaste entre la arena y sobre la encimera de la cocina. Me arañabas las piernas como si todavía quisieras llevarte algo de mi. Un recuerdo vano, un trozo de mi con el que poder pedir un rescate, si te apetecía. 

El otro día soñé contigo y no con él. ¿Es necesario que te cueles rastreramente en mis sueños para hacerme sentir que yo ya vivo en uno?

Podria haber soñado con él. El que me acaricia sin pedir mi piel a cambio, que me abraza dejando espacio para que pueda  y respirar. Él que es lineal.Él que le apetezco siempre.

Él que  si pierdo los papeles escribe un libro por mi, no tu que estas atento para disparar cuando bajo la guardia.

Él que me duerme sobre sus brazos. Tú que me despiertas para subirme al cielo y desde allí lanzarme al infierno.

Soñé contigo desgarrándome sobre la mesa, haciéndome poner las manos en las baldosas de la ducha, quemandome con el agua que me cae despues de pasar por tí. Sabiendo que el presente se llama  como yo y late en dirección contraria a la residencia de tus intenciones con mis piernas. 

 Soñé conmigo ahogando gritos al cabecero de la cama, soñé conmigo ahogándote.

Desperté sola y con culpa. Desperté con la certeza de tenerte siempre y de no poseerte nunca. De poder pasear por la playa a su lado y aún así seguir bailando contigo en el alambre. 

Desperté sóla y con culpa. Soñé contigo y con dudas. 



"Quisiera reventarte bajo mis pies. Quisiera volarte la tapa de los sesos. Bañarme con tu sangre.
Beberme tus excesos. No dejaré que nadie te salve del infierno...."