Mirándola fijamente a los ojos, con aquella mirada sincera, penetrante y tan dulce que tenía, le dice que tiene que madurar y entender que aunque la quiere mas que a nadie no puede estar con ella.
Ella mira al suelo un segundo , petrificada buscando algún tipo de respuesta , pero lo la encuentra, le vuelve a mirar a sus ojos color cocacola, ahora con un velo de lágrimas que le impiden verle con claridad ,se le acerca al odio, le da el ultimo sorbo a su colonia y entre susurros le jura que nadie le querrá igual.
Y como dos desconocidos siguen sus caminos contrariados, sin mas explicaciones y dejando escrito ese punto y final que tantas veces había buscado.Ahora ya sabia que la puerta estaba cerrada.
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