Se quedó sin su princesa y sin su castillo , por pillo, por no quererla como se merece y por no valorarla, aunque el era quien la había perdido , lloro toda la noche sin motivo ni consolación era una locura lo que estaba haciendo , SU LOCURA particular , le encantaba vivir en ella pero a veces la llevaba al limite de su cordura y eso no era consentible ,ni sano,pero tampoco era controlable, ni humano, llegaba un momento que ya no sabia que hacer , que solo quedaba asumir .Asumir y aceptar que el príncipe no volvería a derramar sus caricias por la piel de la princesa, que ya no escalaría hacia la torre por su larga cabellera y por supuesto no volvería a regalarle besos descosidos por sonrisas. Solamente le quedaba cerrar el cuento de la locura y guardarlo en el cajón de los amores inolvidables, de los sapos besables, aunque como todo buen cuento, si no tiene un final feliz es que aun no ha acabado y por ello la princesa le grabo una inscripción:  fé,confianza y polvo de hadas.